‘Socialismo: seducción y asalto’. Acotaciones sobre corrección política

Hace unos días anduve “escupiendo prejuicios”. Dije cosas sobre la charla organizada por Estado de Sats: Socialismo: seducción y asalto. Ahora digo más, ¡estupendos conferenciantes! Son gente inteligente. Admirables.

Con todo, cuando un orador tan esporádico —como este servidor— se somete a la clepsidra, los pensamientos se le atropellan. Si estás frente a Zoe tienes que decirlo todo. Incluso, si tiene que ser entimemáticamente. Así, pues, eché mano a “lo doctor no quita lo pendejo”. Una versión mexica del erasmiano monachatus non est pietas, aunque muy más prosaica. 

(Uno se mete en problemas sólo si dice algo que la gente no quiere oír. Aunque “políticamente incorrecto” es la seña del Zoepost.)

En realidad, el adagio también critica varios aspectos de la sociedad moderna. Por una parte, vivimos en sociedades exageradamente burocráticas, en donde —literalmente— hasta para cagar hace falta un “papel”. Por la otra, el problema de la credencialización, un subproducto de la burocracia. Un invento de burócratas y sindicalistas para mantener fuera del mercado laboral a los profesionales jóvenes y a los extranjeros.

Se sabe también que las universidades son capaces de cualquier cosa con tal de ganar más prestigio. Como graduar cantidades obscenas de estudiantes de maestría y doctorado, por ejemplo. 

Estoy a la derecha y, naturalmente, me intereso en TODO aquello que quienes se asumen de derechas hagan o digan. Verbigracia, Estado de Sats. Los sigo desde hace años. Son, precisamente, sus méritos lo que los hizo objeto de mis observaciones en el programa de Zoe Valdés

(Una crítica adversa, si es buena crítica, jamás será infamante, sino más bien entusiasta. Además, no conozco un sólo grupo opositor que no tenga un lunar censurable a la hora de pasar por el juicio honrado de cualquier cubano con dos dedos de frente.)

Al grano.

De todas las intervenciones, esperé ansioso la de Emilio J. Sánchez. Creí que su charla sobre Cultura de la cancelación tendría un tono más filosófico. No fue así. El académico pareciera no comprender que la diferencia principal entre la democracia liberal moderna y las sociedades antiguas más represivas, radica en que éstas reprimían cosas que nos eran desagradables, como la heterodoxia. De modo que la represión en sociedades, pongamos por caso, como la novohispana, era mínima. Por eso identificar el ostracismo con la cultura de la cancelación resulta un anacronismo imperdonable (para él y para Wikipedia). 

El origen de la cultura de la cancelación se halla en la corrección política. Pude rastrearlo hasta Walter Benjamin. No tengo, hasta ahora, otra pista. En el minuto 48:55, Sánchez nos dice que “la izquierda ha venido, desde los años 60, copando las universidades…”. Tal vez se refería al caso paradigmático de Students for a Democratic Society y su brazo armado, Weather Underground

Nada más falso. Al menos eso es lo que me dice este libro de 1923. Los estadounidenses han sido expuestos al marxismo cultural en todos y cada uno de los estratos sociales. ¿Has visto esta serie de aventuras? Así fue como Hollywood introdujo en multiculturalismo en los hogares de la clase trabajadora cristiana. 

En cuanto a los SJWs, Zoepost también reportó ampliamente.

Más adelante el profesor comentó no haber visto “un sólo artículo” sobre la CRT. Sin embargo, Zoepost fue el único medio cubano que reportó sobre la enseñanza de esa doctrina en el ejército norteamericano. (Incluso, mucho antes de que algunos medios estadounidenses comenzaran a seguir esa noticia.)

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Canal de Zoe Valdés

Nota: este artículo fue publicado originalmente aquí

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