BIENVENIDOS A LA RESISTENCIA

La prensa y yo

«Estar informado» significa que escuchas algún noticiero y lees la prensa plana. Estar «híper informado» es pasarse el día pendiente de las redes sociales, cuanto podcast y sitio digital hay. En cualquiera de los dos casos, de lo que se trata es de correr delante del tren. No tienes tiempo de pensar en lo esencial, nunca. Estás totalmente politizado, o paralizado, que es lo mismo; y, para colmo de males, crees saber la “verdad”.

Por eso trato de mantenerme siempre unos cuantos pasos delante de la prensa leyendo y escuchando lo que vale la pena ver y oír. Cuando salgo a correr, por ejemplo, escucho siempre un audiolibro. Ahora tocó el turno a Fracasología. España y sus élites: de los afrancesados a nuestros días, de María Elvira Roca Barea. Por el momento no necesito mucho más para saber lo que va a suceder en ese país. En mi mesita de noche tengo un libro de Julius Evola y otro de Virgilio para antes de dormir. No hay «prensa libre» que traiga peores ni nuevas tan interesantes. Estoy, como dicen, «en forma».

¿Te has preguntado por qué las grandes mentes de Occidente, aunque a veces trabajan para ellos, siempre han sido displicentes con los periódicos? ¿Por qué será? El periodismo es un sentimiento de urgencia, estresante; es uno de los tantos síntomas que, al decir de Nick Land, el virus (aguarda, no voy a decir COVID19) de la democracia desarrolla al transformarse en síndrome.

Ahora mismo, mientras escribo este texto, Biden está tomando posesión. Una farsa mediática repugnante. (Me corto una mano si no estás enganchado al teléfono o al televisor, o los dos juntos, viendo ese patético espectáculo circense. ¡A qué sí!)

Democracia y prensa «libre»

Los cubanos de la diáspora y el exilio (in name only?), no comienzan a experimentar los síntomas de la democracia, sino que ya empiezan a sufrirlos. ¿No me crees? ¿dime si no tenemos ya un montón de políticos —estandartes de la tolerancia— corruptos haciendo promesas que nunca podrán cumplir y una prensa que, simplona pero «independiente», los secunda en sus ardides? A ver, dime ¿qué salió de la última campaña en la que te enfrascaste? No te molestes, te voy ahorrar el «trabajo» de pensar.

Mientras trabajas 16 horas para Uber Eats o DoorDash manejando un Prius del 2012 por Miami, el pajarito del #CambioEsYa duerme la mona en su nuevo rancho, la mosquita muerta de #CubaDecide pasa el fin de semana con su familia y amigos en alguna de sus dos casazas y el retrasado mental de la #OperaciónRetorno sale a pasear en su Mercedes Benz del 2020 maquinando nuevas idioteces para el 2021.

¡Pero no pasa nada! Tú vives en libertá y esta noche vas a estrellarte contra ese colchoncito del tamaño de tu efficiency, contento como un payaso.

¡Amigo mío! ¡¿si esto no es democracia, entonces qué es?!

Volvamos al tema de la prensa, no nos desviemos.

Si quieres ver lo que es escribir con las patas, sólo tienes que leer un artículo cualquiera de CiberCuba que, por supuesto, ya se unció al carro del re-deshielo que conduce un periodista de 14yMedio (que, según dice, ha cursado tres posgrados en Marxismo-Leninismo). Con razón le han puesto el CiberGranma ¡ño!

Cubanet me ha dejado con la quijada en el piso. Si quieres saber lo que es periodismo barato sólo tienes que leer un artículo de Camila… mmmm… Camila… mmmm… whatever! El caso es que publicó un artículo en donde se replica la denuncia de una «opositora» (¿cuál oposición?) que fue atacada por agentes castristas en la ciudad de Matamoros, en el estado de Tamaulipas, uno de los más violentos de la Unión. (Ahhh sí, quise decir los Estados Unidos Mexicanos. Lo sé, es confuso, la gente de Matamoros es también norteamericana y estadounidense. Nunca fui fan de la geografía tampoco).

Se muestran fotos de las magulladuras pero nunca se menciona si se hizo la denuncia ante el Ministerio Público o si las cámaras del C4 captaron el asalto, porque ahí las balaceras están a la orden del día y toda la ciudad está vigilada. Tampoco se menciona si hubo testigos presenciales, etc.

En fin, que tenemos que comernos la guayaba porque lo dice una periodista con 4 años de experiencia profesional. Casualmente, la señora ultrajada por los esbirros del consulado cubano se mandó para la Línea a pedir asilo con todo y familia. No sé a ustedes pero a mí me huele a que están fabricando un expediente para sustentar el argumento de miedo creíble ante el juez de inmigración.

(Mmmm no estoy muy seguro pero ¿no es el mismo método que usa el DSE para infiltrar a sus agentes?)

El periodismo de opinión de DDC no cesa de recurrir a las mismas figuras y, en honor a la verdad, ya dan flojera esos análisis de cuarta. Como que tienen que leer más y escribir menos. Rafael Cruz publicó un artículo la semana pasada que no bosqueja ni de cerca el problema de la tierra en Cuba, o sea, la Tragedia de los anticomunes en un país socialista. Un fenómeno rara vez visto, es cierto, pero no es que haga falta un doctorado en economía para darse cuenta de eso.

Long story short, que este 2021 traigo un tremendo entusiasmo por deshacerme de las cosas que desprecio. La gente le llama a eso resoluciones para el nuevo año, pero yo lo llamo «limpiar la casa» !Y miren que odio limpiar! Supongo que alguien tiene que hacerlo.

2021 es la resistencia pura y la pura resistencia

Cuando estás limpiando la casa, haces dos montones: cosas para guardar y cosas para tirar. Permíteme comenzar con esta lista y siéntete libre de agregarle cosas, ¿ok?

Del único medio que no te puedes deshacer es del ZoePost. No te puedes deshacer del único medio de prensa que entiende que los cubanos nos estamos jugando la libertad en cualquier parte del mundo menos en Cuba. El único medio que entiende que America First es lo mismo que los cubanos first. Todo lo demás, salvo algunas excepciones dentro de Cuba, es basura.

(Si encontramos un candidato carismático, alguien ingenioso, físicamente magnético, divertido y encantador, es posible que ganemos de nuevo, tal vez en 2028.)

Tira el control remoto de tu televisor, a los Influencers, y todo ese rollo de la Teoría crítica de la raza a la basura. Saque esta basura y déjela en la acera donde pertenece.

Vende cualquier cosa que te vincule a China. Esto incluye no votar por políticos del gobierno comprometidos. Un gobierno, por cierto, lleno de espías. No compres nada que haya sido manufacturado en ese país.

Abre los brazos a 74 millones de nuevos amigos. No pueden cancelarnos a todos, aunque lo vayan a intentar. No te equivoques, si pudieran presionar un botón y evaporarnos, no lo dudarían. Ya tú sabes, cuando veas una casa con el letrero «we believe in kindness» en el césped, eso significa que te odian a más no poder. Y que no quieren tu unidad, solo tu silencio. Pero no les temas que como dicen los viejos, el tamaño hace la fuerza.

Después de todo, la «diversidad» es nuestra fuerza, no la de ellos. Así que van a tener que mandarse a hacer un virus más cabrón.

Resistir no es tomar las armas. Aunque ganas no faltan. Además, si te dan una paliza en una protesta la policía no va a intervenir. Recuerda que lavar la sangre de la ropa es bastante difícil.

Resistir es no aceptar el relato pro aborto, pro queer, pro oligárquico que nos quieren narrar la comparsa de medios «independientes» cubanos que como hongos brotan en las redes.

Recuerda que ser blanco está ok y nunca compitas contra un transexual en ningún deporte porque eso te degrada. Quizás estas medidas son pequeñas. No obstante, 74 millones de gotas son suficientes para llenar un cubo.

No te olvides del dueño de ese restaurante local que quebró ni de la gente que se suicidó desesperada. Ni de los propietarios de Airbnb y los meseros y todos los trabajadores que en 2020 vieron cómo se evaporaban los ahorros de su vida. No te olvides de los niños y adolescentes encarcelados en sus casas. Tampoco te olvides de que la división entre ricos y no ricos, élite y no élite, político y civil, está más marcada que nunca. Justo como en Cuba.

La prensa mundial y la cubana quieren que te concentres en el color para que no te des cuenta de que los verdaderos privilegios lo tienes los que trabajan para el gobierno, cuyos cheques nunca dejarán de llegar, nunca se reducirán a la mitad de la noche a la mañana, nunca rebotarán.

La prensa toda quiere que te olvides de Xi. El tipo que soltó un nuevo virus del SIDA —de un murciélago— en Wuhan, sólo para detener la amenaza existencial de Trump. No te olvides de que China tiene campos de concentración gigantes para gente como tú y yo.

La prensa cubana también quiere que te olvides de que los fabricantes e instaladores de cristales tuvieron el mejor año de sus vidas gracias a las protestas «pacíficas» de BLM.

La prensa cubana independiente quiere que creas que «No hay evidencia de fraude»; que los trabajadores electorales y sus maletas llenas de boletas no significan nada; que Hunter Biden es un santo y que Obama no es hoy por hoy el mayor genocida del planeta.

Recuerda que hay ideas poderosas de nuestro lado que llegaron con Trump y no van a desaparecer porque hoy termine su presidencia. ¡Drenar el pantano! ¡Construir el muro! ¡Traer las fábricas a casa! ¡Hacer cumplir la ley y el orden! ¡Traer las tropas a casa! ¡Uffff, es mucho para un cartucho! No hay que amargarse la vida porque pase lo que pase, Trump lo cambió todo, para mejor, y no hay vuelta atrás. ¡Gracias a Dios!

Donald Trump hizo tambalearse a la distopía corporativa post-Obama, no lo olvides.

Viene un tiempo prometedor pero muy peligroso. Estamos expuestos y no tenemos escudo. No te distraigas con lo que brilla, tienes que seguir avanzando. No escuches a los disidentes que trabajan para el castrismo diciéndote que ahora ya podremos volver a la «normalidad».

Recuerda que ni siquiera se trata de proteger a «Estados Unidos». Tal vez ya es demasiado tarde para eso. Se trata de protegernos unos a otros.

Ray Luna es filólogo y bloguero reaccionario

Este artículo fue publicado originalmente en zoepost.com

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